Las escabrosas revelaciones de la autopsia de Michael Jackson
Más de una década después de su trágica muerte, los detalles que salieron a la luz sobre la autopsia de Michael Jackson siguen generando conmoción. El “Rey del Pop”, que falleció el 25 de junio de 2009 a los 50 años por un paro cardíaco causado por una sobredosis de propofol, presentaba un deterioro físico impactante. Un cuerpo devastado por cirugías, analgésicos y desnutrición Según el informe forense citado por The Sun, el cuerpo de Jackson mostraba un estado deplorable. Tenía el estómago parcialmente lleno de pastillas, vivía con una mínima ingesta alimentaria diaria y estaba cubierto de marcas de inyecciones en caderas, muslos y hombros, provocadas por la administración diaria de analgésicos. Estos eran suministrados por su médico personal, Conrad Murray, quien luego sería condenado por homicidio involuntario. Pero más allá de los efectos de los fármacos, lo que más sorprendió a los investigadores fueron las múltiples alteraciones físicas del artista. Su rostro y cuero cabelludo estaban parcialmente tatuados: labios pintados de rosa, cejas negras artificiales y la parte frontal de su cabeza teñida con tinta negra para disimular la calvicie. Su cabello ondulado y hasta los hombros era, en realidad, una peluca adherida al cuero cabelludo. Vitiligo, cicatrices y una vida marcada por el dolor físico El informe también confirmó que Michael padecía vitiligo, una enfermedad que afecta la pigmentación de la piel. Su cuerpo estaba cubierto de manchas irregulares, cortes en la espalda y moretones inexplicables en las rodillas. Se identificaron cicatrices detrás de las orejas, en la nariz, en el cuello, muñecas y brazos, signos evidentes de múltiples cirugías estéticas a lo largo de los años. Este deterioro físico fue en parte consecuencia de un accidente en 1984, cuando durante la filmación de un comercial de Pepsi, una falla en la pirotecnia le causó quemaduras de segundo y tercer grado en la cabeza. A partir de entonces, comenzó a usar pelucas y se sometió a tratamientos estéticos constantes. El caótico dormitorio del ídolo caído El documental británico Killing Michael Jackson recoge el testimonio de los tres detectives que participaron en la investigación: Orlando Martínez, Dan Myers y Scott Smith. Smith aseguró que al examinar el cuero cabelludo de Jackson descubrió que la parte superior de su cabeza estaba completamente calva, y que apenas quedaba cabello en los laterales. La habitación donde murió el cantante fue descrita por los oficiales como “caótica”. Medicamentos, jeringas, poemas pegados en las paredes y hasta una muñeca de aspecto macabro fueron hallados en su entorno más íntimo. Era el reflejo de una mente atormentada y de un cuerpo al límite. “Era piel y hueso. Se le había caído el pelo y no comía más que pastillas”, reveló una fuente cercana al caso. “Las marcas de inyección y la desfiguración por las cirugías mostraban el declive físico de sus últimos años.”
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