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En la terminal son pocos los negocios que aún resisten en pandemia

La pandemia no termina y la crisis económica tampoco. Los efectos que ocasionó aún se siguen identificando, esta vez en los comerciantes de la terminal terrestre de Ibarra, donde algunos tuvieron que cerrar.

Uno de los principales clientes de estos puestos eran los estudiantes de colegios y universitarios, que por la emergencia han tenido que recibir clases de manera virtual, sin asistir a las instituciones educativas, por lo que el comercio también se paralizó casi por completo.

Andrés Enríquez, presidente de la asociación de comerciantes de la terminal, comentó que actualmente hay 38 locales funcionando, pero antes cerca de 50, “por esto de la pandemia algunos compañeros lastimosamente tuvieron que salir”, dijo.

Sin embargo, Andrés aseguró que quienes permanecen están tratando de defender “nuestros puestos de trabajo, el negocio es nuestro sustento”. Añadió que están resistiendo, aunque prácticamente trabajan solamente para pagar el arriendo y servicios, “ya no nos está quedando nada de ganancias, trabajamos muchos meses a pérdida”.

A pesar de que hay movimiento de gente en la terminal, no quiere decir que lleguen a comprar, es simplemente una zona de paso.

“Estamos trabajando solamente para sacar los pagos, está muy bajo el negocio, ha disminuido de una manera impresionante”.

Aseguró que trabajan un 40 % de la rentabilidad que tenían antes de la pandemia por la Covid-19. “Está difícil la situación”.

En días de feriado el movimiento comercial se reactivaba en su totalidad, pero ya es más de un año de la pandemia “y no vemos mejora, estamos manteniendo los puestos de trabajo”, insiste el presidente de la asociación de comerciantes de la terminal de Ibarra. Asimismo, mencionó que la ayuda por parte de las autoridades no se ha visto, mientras que en la terminal les ayudaron con un descuento de los arriendos en una temporada, pero ahora siguen pagando lo normal, “estamos a punto de la quiebra”, agregó.

Para atraer al cliente los comerciantes ofrecen descuentos constantes.

El Comercio